Discretamente, López Brusa viene escribiendo una de las obras más agudas de la narrativa argentina actual. El talento de El lecho reside en detenerse justo antes de que se vuelva alegoría. Una novela hecha casi sólo de personajes femeninos, cargada de escenas sociales (piquetes, cortes de calle, luchas, el mundo de la cooperativa), con un leve aire de género fantástico, apenas, en detalles, pero suficiente para volverse significativos.
Damián Tabarovsky