INRI no es sólo uno de los puntos más altos de un poeta, sino de la poesía misma escrita en nuestra lengua. Raúl Zurita se ha convertido con el paso de los años en un autor que no sólo ha trascendido la escuálida página en blanco, los paisajes físicos y mentales o a su propia obra enfrentada a su fin, sino, sea quizá el primero, o el último, en devastar su propia autoría y en ese gesto invisible para él es que podemos desde este otro lado contemplar la inscripción de su nombre en un memorial que nunca se construirá. Y no se construirá por una sencilla razón: ha existido desde siempre. Ese memorial es la humanidad.
Héctor Hernández Montecinos