Los escritos que este libro reúne forman un cuaderno de bitácora político, es decir un conjunto de anotaciones que procuran registrar las inclemencias y las injurias de un tiempo adverso. La sabiduría del error es lo que resulta de indagar la forma de una errancia, el errar anhelado por la práctica de la libertad, es decir la derrota. Como derrota y como errancia, el error está inscripto en la esencia de un ser cuya naturaleza es comenzar, la capacidad de comenzar siempre otra vez. Para hacerlo sin sucumbir a la repetición deberá aprender a perder, entendida esta palabra no principalmente en el sentido de “no ganar” sino de ya no tener lo que se tenía.
La sabiduría de la derrota y el aprendizaje de la pérdida establecen un régimen de afectos que nada tiene que ver con una nostalgia del pasado ni con una melancolía política, sino más bien permiten una lucidez capaz de acompañar y proteger -cuando se produzca, para que se produzca- el desencadenamiento de una imaginación común tributaria del anhelo de emancipación que retoña inexorablemente, una y otra vez.