Con todas estas voces gritando en sus oídos, ¿cómo puede el artista seguir en paz en su estudio, contemplando su modelo o su manzana en la fría luz que atraviesa la ventana? Se ve obligado a participar en política. Dos causas de suprema importancia para él están en juego: la primera es su propia supervivencia; la otra es la supervivencia de su arte.
Virginia Woolf
El arte y la literatura, en estos ensayos, aparecen como instancias democráticas y necesarias para un nuevo mundo. La idea de que un artista no puede y no debe separarse de su entorno es repetida una y otra vez en los textos, que nos muestran a una Woolf que cree en un mundo distinto al que conoció: una literatura y un arte nuevos. Solo podemos imaginar la reacción que tendría en una época donde la información es lo más fácil de conseguir. Pero sus palabras siguen llamándonos a apoderarnos de la literatura y a hacerla nuestra, en vez de dejarla en las manos de la elite. Como la propia Virginia dice: “la literatura no es terreno privado de nadie”, así que no hay razones para no disfrutarla nosotros mismos.