También podría pensar o creer que este libro es infinito
que lo que pasó durante tres días en Santiago podría
expandirse y expandirse y expandirse,
convencerme de que puedo ser esclava para siempre de estas páginas
la hermosa promesa de que algún día este libro será un ser
etéreo, pero real
que rodará por el mundo…
Amo los libros.
Estoy en el cuartito que está junto a mi cocina
fumando cigarrillos armados y delirando.
La literatura es magia.
La literatura es magia.
Y aunque sepa que no es cierto yo deliro igual.
Y además, querido libro:
nunca te voy a pedir nada.
Como a los pájaros, que cuando los veo
les hablo
pero no les pido nada.
Querido Camilo:
Estoy tratando de escribir un poema bueno para vos,
estoy tratando de imaginar tu parte humana y comprenderla,
tengo tan poca fe en mí que apenas puedo balbucear este poema
pero voy a luchar durante toda la tarde para llevarlo adelante
y escribirlo para VOS
(y también para toda la humanidad).
Además, quiero recibirme de persona escribiendo un poema,
el primer poema alegre de mi vida.
(Bueno tal vez no quiera recibirme de persona,
sino solamente plegarme al arcoíris).
Te dije por whatsapp que imaginaras por un segundo
que la poesía era algo inhumano, transcribo lo que me contestaste:
Pensándolo desde el punto del origen
podría decir que, a ver,
el lenguaje es una emanación del cerebro humano.
Tal vez no es natural que un ser viviente produzca lenguaje,
tal vez es una alteración,
tal vez es una mutación lo que permitió esto.
Claramente es una mutación lo que lo permitió,
entonces, la poesía sería una adaptación del ser humano,
así como la miel es una adaptación de la abeja, o algo así…
Después de escuchar tu audio
y regocijarme con esa idea tan hermosa
salí a la calle a comprar un cigarrillo suelto
y el sol en mi piel
me hizo tener muchos deseos.
Sobre todo, deseé que este libro fuera un regalo maravilloso,
porque en el fondo la poesía siempre fue eso para mí,
y que este libro sea, para toda la gente que lo lea,
el regalo de nuestra adaptación.