Eso de que “El hecho es que cada escritor crea sus precursores” es una perogrullada hoy. Pero permítaseme hablar de un formato singular la de forzar progenitores. Algunos autores, entre ellos Ariel Luppino, crean cópulas monstruas. En su caso, la de Osvaldo Lamborghini con Alberto Laiseca La criatura hereda del primero la conciencia constante de la lengua como música, como cristalización de relaciones opresivas y como enfermedad. Del segundo, la capacidad de análisis y construcción de sistemas de opresión puestos a delirar. Y de los dos, la violencia como hecho constitutivo de los vinculos sociales. Las brigadas, esta novela que tenés en tus manos, lector, es la primera que publica -una de las muchas que tiene escritas y que estoy completamente segura que serán una irrupción en el panorama de la literatura argentina- sucede en una Buenos Aires casi apocaliptica, asolada por una enfermedad con sintomas lingüísticos y brigadas sanitarias con poder absoluto. Los personajes son el Capitan, el Milico, ella y yo. Yo es el narrador, un escritor, que construye su obra contra Saer y “los escritores pueblerinos”. atrapado con ella en dos triángulos sucesivos y un estado de excepción concentracionario en el que el poder hace su show de violencia pornográfica, su teatro de la crueldad, su matadero.
GABRIELA CABEZÓN CÁMARA
